adios

Hoy, he decidido escribirte, sabiendo que no vas a leer estas lineas porque cuando llegues a ellas ya su significado se ha evaporado bajo el peso del olvido. Es evidente que las cosas no tienen sentido si nos empeñamos en buscarlo, donde nunca estuvo.
Siempre pensé que estaríamos mas cerca de la verdad de lo que realmente estuvimos, pero irónicamente, visto desde este punto donde hoy me encuentro, parece que nunca no acercamos a las puertas por lo convencidas que estábamos las dos de tenerlo todo tan claro.
Hoy, con la tristeza ahogando mi llanto, y la lástima jugando con mis recuerdos, siento que aunque te extraño, no deseo tu regreso, puesto que me resulta mas sencillo soportar el dolor que aceptar que teniéndote tan cerca no te puedo tocar.
Extraño las caricias que no te di, los besos que me robaste y no rozaron tu piel, las miradas que lejos de ver, solo observaban tu búsqueda de señales que te indicasen que surgiría en nosotras algo que nunca habrá porque nuestro deseo de ser, se olvidó de cargarlo en los sueños, en los deseos, en la confianza, en la razón que sin razón no revuelca por lugares llenos de colores de cristal que lejos de cortar nos acarician las esquinas de las palabras que no brotan de nuestra boca por que de ella no debe escapar los mensajes que nos dan las burbujas que al brotar de la sonrisa que al notar que tú flotas en las nubes que al girar te relagan mil gaviotas de alas que al volar derraman el lugar al que no quieres llegar para no tener que irte.
Tú me culpas por ser yo quien te enseñó a cortar las verdades a la mitad para no tener que dar mas excusas, y callar donde lo demás al hablar te regalan vanidad y sabiendo su verdad recoges voluntad para no tener piedad al rechazar lo que te asusta justificando tal maldad con palabras que te dan la confianza... que en ti otras bocas que no mereces, regalaron, esperando compensar aquel miedo que tú les das.
Yo no niego la verdad, quien avisa culpa no ha de aseptar, aunque entiendo que la razón al final puede jugar a los dados, y error mio pensar que esta vez iba a ganar, aunque gano al rechazar que teniendo menos de nada, quiera seguir tú rastro una vez mas, que no me lleva a ningún lugar, y ya lejos de aseptar, yo rechazo lo que das.
Dejar de ser tu cierva, es un regalo, es vanidad, es todo generosidad y mi ego que no te quiere me deja en tu manos colocar, porque dice que no mereces mas que lo que en ellas puedas guardar, que tienes tantos rotos que hasta los sueños se van a escapar, a miradas que con mas ansias los dejen en sus camas entrar, que tú no necesitas porque tan claro tu camino está que mañana sin camino tú no dejas de caminar, pues tu tienes tantos pasos que tus ojos no son para mirar pues el camino que tu sigues a oscuras has de andar, te lo inventas con tu pasos y tu sombra borra detrás.
Te despide una sonrisa. Es lo que te quiero dar.